Prácticamente todo el café de Colombia se recolecta selectivamente a mano. En las fincas más pequeñas, las familias cosechan su propio café y pueden ayudar a sus vecinos y recibir ayuda a cambio durante la temporada alta. Las granjas más grandes dependen de un ejército de trabajadores temporales, muchos de los cuales viajan de un lugar a otro después de la temporada de cosecha.
Los recolectores de café seleccionan las cerezas maduras y las recogen en una canasta atada a la cintura.
La mayoría de los recolectores de café son 'trabajadores ocasionales', contratados por días o semanas a la vez sobre la base de un acuerdo verbal y pagados en efectivo. Los productores de café o los supervisores de sus fincas suelen conducir camionetas hasta el pueblo más cercano para reclutar trabajadores y regresar a la finca con los recolectores que contrataron en la parte de atrás.
El agricultor puede proporcionar alojamiento y comida sencillos, pero como trabajadores ocasionales, los recolectores no reciben atención médica, seguridad social ni pensiones, y ningún sindicato los representa. Los recolectores comienzan a trabajar a las 5 o 6 am y comúnmente trabajan más de 10 horas, cinco o seis días a la semana (van der Wal et al 2016). El trabajo es físicamente exigente, ya que ejerce una gran presión sobre los músculos de la espalda, las rodillas, los pies y las muñecas (Peláez y Quintana 2020), y las lesiones y accidentes son comunes.
A los recolectores generalmente se les paga por kilogramo de cereza cosechada en lugar de por el tiempo que trabajan. La expectativa de pagar por kilogramo de cereza presenta un desafío para los productores de café de especialidad, quienes deben capacitar e incentivar a los recolectores para recolectar solo cerezas maduras.
Durante la temporada alta, un recolector experimentado puede ganar hasta dos o tres veces el salario mínimo colombiano en algunos días (Rueda 2020), pero la disponibilidad de un trabajo tan lucrativo es impredecible. En otros días, el salario neto será mucho más bajo, y una encuesta encontró que la mayoría de los recolectores de café ganan menos que el salario mínimo, en promedio, durante el course del año (van der Wal et al 2016).