Desde grandes haciendas hasta minifundios familiares, las haciendas brasileñas se caracterizan por una producción tecnificada y a pleno sol. Esto contrasta con las plantaciones de café en otros países de América del Sur y Central, donde al menos la sombra parcial es común. El uso de la sombra en el cultivo del café fue abandonado casi por completo en Brasil en la década de 1950 (DaMatta 2004). Los árboles se plantan densamente, siendo típicos de 3000 a 5000 árboles por hectárea, en hileras muy espaciadas para permitir que la maquinaria de cosecha pase entre ellas. Las hileras anchas también permiten que los cortacéspedes controlen las malas hierbas (Ronchi y da Silva 2018).
Los cafetos en Brasil se plantan típicamente en densidades altas pero con espacios amplios entre hileras.
El apoyo y el asesoramiento del gobierno de las agencias de extensión en Brasil se centra principalmente en los sistemas de producción de pleno sol, destinados a maximizar los rendimientos (Watson y Achinelli 2008). El efecto de la sombra sobre el rendimiento depende de las condiciones climáticas predominantes, y la sombra puede ser más beneficiosa en las partes del norte de Brasil (DaMatta 2004).
El uso del riego está relativamente extendido en las fincas más grandes de Brasil; Aproximadamente 22% del café del país se produce bajo riego. El riego permite plantar cafetos de manera más densa y permite que se cultive café en partes del país que de otro modo serían inadecuadas debido a las frecuentes sequías (de Assis et al 2014).
El café brasileño casi siempre se cultiva a pleno sol, tanto en pequeñas propiedades como en plantaciones más grandes.
Los fertilizantes son muy importantes para la industria cafetera brasileña. Los suelos en cerrado Las regiones son delgadas, desgastadas y bajas en nutrientes, y en general se las consideró inadecuadas para la agricultura, excepto para el pastoreo brusco (Lopes y Guilherme 2016). Experimentos que comenzaron en la década de 1960 demostraron que con la aplicación de riego, cal y fertilizantes minerales específicos, el café se podía cultivar en el cerrado (Lazzarini et al 1975).